Sam y Dean llaman a Castiel en busca de ayuda cuando investigan un caso de varios policías muertos que parecen haber sido asesinados por las plagas de Egipto. Castiel confirma que la vara de Moisés fue utilizado para matar a los policías y le dice a Sam y Dean que el Cielo está en un estado de caos y que las armas de Dios han sido robadas. Los tres se dirigían a buscar al ladrón y se encuentran cara a cara con un viejo enemigo.